jueves, 13 de febrero de 2014

Remasterización.


Me encanta el proceso, no puedo evitarlo. Lo disfruto, lo vivo... A veces siento como si no quisiera acabar la ilustración porque con ella termina la diversión. Pero a la vez, un deseo impaciente me aborda por terminarlo, por ver el resultado final y por –casi siempre– entregárselo a su nuevo dueño o dueña.

     
                             
Cada detalle cuenta, ahí está la auténtica diferencia. Me gusta concentrarme en ellos, para después alejarme y poder contemplar el "Todo".


Una vez acabada la obra, me gusta recopilar las fotos del proceso, pues como ya he dicho antes, me gusta pararme a contemplar el camino andado, lo que empezó siendo y en lo que finalmente se ha convertido. Me gusta imaginarme a mi mismo remasterizando una ilustración –Cómo lo que está muy de moda ahora en el mundo de los videojuegos, dónde se remasterizan los gráficos a su adaptación al HD– coger algo simple y convertirlo en algo mejorado.


Ésta ilustración en concreto pertenece al diseño que le he hecho a una amiga mía para su fondo de twitter. Mi amiga es la chica en cuestión, esa dulce niña que vive entre dos mundos, soñando entre mariposas y viajando al país de las maravillas, buscando su eterno zapato de cristal y convencida de que algún día hallará a su Príncipe Azul de Nunca Jamás.

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